Módulo 1:La Revelación de Dios

El Paraíso

(CEC 26-197)

El hombre capaz de Dios
La experiencia nos dice que el hombre no puede vivir sin creer en algunas verdades religiosas. Es una necesidad tan sentida la fe en el hombre, que cuando, con culpa o sin ella, no conoce las verdades religiosas, admite creencias falsas y cae en groseras supersticiones. Hombres que no creen en el Paraíso, en la Eucaristía, creen a pie juntillas en errores y necedades, como en el encontrar una herradura, usar cintas rojas, romper un espejo, derramar sal, etc.

El siquiatra Gustav Jung, discípulo contemporáneo de Freud, que no era creyente, afirmaba : “Entre los pacientes mayores de 35 años, la falta de religión en sus vidas es la causa de todos sus desequilibrios personales”

¿Siempre hubo en el mundo, en todos los pueblos, una fe religiosa? Sí. Todos, cultos, bárbaros, salvajes, en todas las zonas geográficas, en todos los tiempos, los hombres han profesado una fe religiosa. Es indudable que muchos se han equivocado en cuanto a la naturaleza de Dios: prestaron culto a los astros, a las fuerzas de la naturaleza, al fuego, los animales, etc. Pero todos los hombres, de todos los tiempos, tienen el deseo del Dios infinito en su corazón.

¿Por qué?
Porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios. Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, lo llama, lo busca, y el hombre, sólo en Dios encuentra la Verdad y la dicha que a su vez busca.
Sólo Dios puede llenar las aspiraciones de infinito que encierra el corazón humano.

Nos hiciste Señor, para Tí, y nuestro corazón estará inquieto hasta que no descanse en Tí. (San Agustín, Confesiones).



Dios sale al  encuentro del hombre...
Esta unión íntima y vital con Dios puede ser olvidada, descuidada o incluso rechazada por diversos motivos: la rebelión contra el mal del mundo, la ignorancia, la indiferencia religiosa, el afán de riqueza y poder, el mal ejemplo de los creyentes, etc., pero Dios no cesa de llamar al hombre y le sale al encuentro por dos caminos complementarios: el camino del saber, para el que se necesita el uso de la inteligencia y los sentidos; y el camino de la fe, que es el que  la gracia de Dios suscita en la voluntad del hombre para que dé el sí a lo que la inteligencia percibe como Revelación de Dios.

Con la inteligencia podemos llegar al conocimiento de Dios. La Filosofía lo explica claramente y Santo Tomás encuentra cinco vías para explicar racionalmente (sin fe) que Dios existe. Es decir que utilizando la lógica, el razonamiento, podemos darnos cuenta de que Dios existe:

El movimiento de los astros, que se desplazan, sin chocarse entre sí, con precisión cronométrica,... ese perfecto reloj que es el firmamento, requiere un perfecto relojero.

El invento de la máquina fotográfica supone una gran inteligencia; los hombres tardaron muchos siglos en inventarla. Pero antes de que se inventara la máquina fotográfica, Dios ya había inventado el ojo humano, una maravillosa cámara que saca diez fotos por segundo, no hace falta pasar el carrete y además tiene autofocus gracias a la constitución del cristalino. Tamaña cámara fotográfica necesita de un  tremendo fotógrafo.

Las letras que forman este catecismo han necesitado muchas horas de trabajo para que digan lo que dicen. Si metemos todas las letras en un balde y las arrojamos al suelo, hay una probabilidad contra miles de millones de que las letras salgan en el mismo orden en que figuran en el catecismo. Y ciertamente, si probamos tirarlas cincuenta veces seguidas, no se ordenarán de la misma manera las cincuentas veces seguidas, ni siquiera dos veces, seguidas o alternadas. Para hacer este catecismo, hace falta una inteligencia ordenadora, de la misma manera que una sinfonía no se compone poniendo un mono a teclear en un piano. Si para escribir un libro o componer una sinfonía hace falta una inteligencia que una armoniosamente las letras y las notas, razón de más para admitir que existe una inteligencia que ordena armoniosamente todo el universo.

Newton y Kepler formularon leyes físicas y matemáticas, pero no las inventaron: Newton  no inventó la ley de gravedad, la gravedad ya estaba allí; luego, debe haber un Autor de esas leyes físicas y matemáticas que rigen el movimiento de los astros.

La belleza del plumaje de algunos pájaros nos habla del talento del artista que concibió esa armonía de colores. Donde hay una obra de arte, debe haber un Artista.

Un árabe del desierto decía a un misionero: “Creo en Dios. Porque cuando veo huellas en la arena, me digo que alguien ha pasado por aquí; de la misma manera cuando veo las maravillas de la naturaleza me digo que una gran inteligencia ha pasado por aquí, y esa inteligencia es Dios”

Es decir que el hombre, con sus propias fuerzas, observando las cosas creadas, su perfección y belleza, puede llegar a descubrir a Dios, que existe, que es infinito, que nos trasciende. Pero sólo por la Fe el hombre puede alcanzar la intimidad con Dios.

...y el hombre responde con la Fe.
El hombre responde diciendo: Creo. Creer significa tener fe, confío en Tí, estoy convencido que dices la verdad y que me amas.
La fe es
adhesión del hombre a Dios
adhesión libre
es una gracia(gratis), un don
una virtud sobrenatural infundida en el alma, que mueve el corazón, lo dirige a Dios y abre los ojos del espíritu para aceptar y creer la verdad

La fe no se opone a la razón. La supone (los animales, las plantas, que no tienen razón, no tienen fe), pero no se opone a ella. Las verdades reveladas pueden parecer oscuras a la razón y a la experiencia humana. Pero creemos, no por la evidencia de los sentidos o la inteligencia, sino “a causa de la autoridad del mismo Dios que revela y que no puede engañarnos ni engañarse”.

¿Quiénes no creen?
Decimos que la gracia de la fe es gratis, un don, un regalo. Debemos rezar para que Dios nos la conceda y la conserve.  Hay quienes a pesar de las evidentes pruebas de la existencia de Dios, no creen o viven como si Dios no existiera.
Son los ateos: niegan a Dios. Exaltan la autonomía del hombre.
Son los agnósticos: los que creen que sí, tal vez Dios existe, pero nada puede saberse de él, es imposible conocerlo.
Son los soberbios: que aceptan que Dios existe, pero no reconocen su supremacía y lo apartan de la vida, de la política, del gobierno, de la educación.
Son los hedonistas: egoístas apegados a los bienes materiales y a  los placeres desordenados.

Dios nos pide una adhesión total, con todas las fibras de nuestro ser; nos pide la adhesión de un niño: sincero, humilde, confiado, sin complicaciones, de corazón. La adhesión no es una aceptación fría de la verdad sobre Dios. No es conocimiento bíblico, filosófico, teológico, de derecho canónico. Tampoco es un consuelo pasajero y sentimental que deriva de una  lectura piadosa, de una circunstancia dolorosa, etc. La autenticidad de la fe se mide por las obras. ¿Por qué?

Por que lo que Dios nos pide es la conversión del corazón.

Comentar algunas escenas de los Hechos de los Apóstoles sobre la conversión de algún personaje, por ej: Felipe y el Etíope (Hch 8, 26-39); la conversión de Saulo (Hch 9, 1-6); la conversión del carcelo de Pablo y Silas (Hch 16, 25-35).


En la conversión no es el hombre quien encuentra a Dios sino Dios quien se deja encontrar por el hombre.

Jesús describió el camino hacia Él como una atractio Patris, una seducción del Padre: nadie puede venir a mí si el Padre no lo trae (Jn 6,44). Por eso, hay que creer que no fue la samaritana quien encontró a Cristo sentado en el brocal del pozo, sino que Jesús, buscando el corazón de la Samaritana, le salió al encuentro junto al pozo de Jacob. No fue Zaqueo quien vio a Cristo desde lo alto del sicómoro, sino Cristo quien arrastró invisiblemente al publicano a trepar las ramas del árbol para dejarse ver al pasar. No buscaba Saulo a Cristo, sino Cristo a Saulo cuando Aquél lo arrojó de su caballo camino de Damasco

En esta búsqueda, Dios se muestra, a veces, como un amante incansable y empeñoso que no deja en paz al alma hasta conquistarla totalmente.

Lo expresaba San Juan de la Cruz diciendo: “Si el alma busca a Dios, mucho más la busca su amado a ella”


A cada uno Cristo exige amor con expresiones de totalidad:
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. El que  pierda su vida por mí, la encontrará (Mt  10,37-39). Si alguien se avergonzare de mí y de mis palabras también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre (Mc 8,38); Separados de mí no podéis hacer nada (Jn 15,5); Bienaventurado aquél que no se escandalizare de mí (Mt 11,6).

Fuentes de la Revelación
Revelar significa “correr un velo”, mostrar algo que estaba oculto. La Revelación es la comunicación de Dios al hombre acerca del misterio de Dios y del sentido de la vida del hombre.
¿Cómo se revela Dios al hombre?
Dios se va revelando gradualmente a lo largo de la historia: manifestándose a través de una serie de personas y etapas del pueblo elegido: Adán y Eva, Noé, Abraham, los Profetas, los Reyes, etc.

La Revelación se fundamenta en la Sagrada Escritura, la Tradición Apostólica y el Magisterio, los tres ligados de tal modo, que ninguno puede subsistir sin los otros.

Entre las notas más lúcidas de la Beata Catalina Emmerich, conviene retener el valor que ella  misma le asigna a las visiones extraordinarias que recibía de continuo: “Tratándose de  cosas espirituales, nunca he creído sino lo que Dios ha revelado y propone a nuestra fe mediante la Iglesia Católica, haya sido o no escrito. Pero nunca he creído lo que he visto en visiones, con la misma fuerza que lo que propone la Iglesia creer”

La Sagrada Escritura: contiene la Palabra de Dios. Es Palabra de Dios. Es inspirada por Dios a los autores humanos. El verdadero autor es Dios. Los libros de la Bilblia contiene todo lo que Dios quiso  comunicar a los hombres

La Biblia (del griego, libros) = Escritura = Sagrada Escritura
El AT tiene 46 libros. Algunos libros están escritos en hebreo, otros en arameo y otros en griego.
El NT tiene 27 libros. Fue escrito en griego, excepto el Evangelio de S. Mateo (cuyo original en arameo se perdió)
El AT prepara el NT. El NT da cumplimiento al AT. Los dos se esclarecen mutuamente. Los dos son verdadera Palabra de Dios.

La Tradición Apostólica: es la transmisión viva, llevada a cabo por el Espíritu Santo, por la que la Iglesia, con su vida, su culto, sus enseñanzas, conserva y transmite, a lo largo del tiempo la Verdad, oralmente o por escrito, desde Jesucristo y los Apóstoles hasta el último Papa y todos los Santos.

Magisterio de la Iglesia: es el que interpreta auténticamente la Palabra de Dios, oral o escrita, y la ejercita en nombre de Jesucristo. El Magisterio ordinario o extraordinario, obliga al pueblo cristiano.





Preguntas resumen:

1. ¿Puede el hombre conocer a Dios?
Sí, el hombre puede conocer a Dios con su inteligencia, por las obras de la Creación.
2. ¿Es importante conocer a Dios?
Sí, porque el hombre es por naturaleza un ser religioso.
3. ¿Por qué es el hombre un ser religioso?
Porque ha sido creado por Dios y para Dios, y sólo en Dios puede encontrar su felicidad.
4. Además de la creación, ¿hay otro medio por el que Dios sale al encuentro del hombre?
Sí, además de la creación, Dios se comunica al hombre por la Revelación.
5. ¿Dónde se encuentra la Revelación?
En la Sagrada Escritura (Revelación escrita), en la Tradición (Revelación oral) y en el Magisterio de la Iglesia (que interpreta auténticamente la Sagrada Escritura).
6. ¿Cómo responde el hombre a Dios?
El hombre responde a Dios por la Fe.
7. ¿Cómo expresamos nuestra fe en Dios?
Amándolo con todo nuestro ser y cumpliendo sus mandamientos.
8. ¿En qué oración se resume lo que debemos creer y qué dice?
Lo que debemos creer se resume en el Credo .

Temas de discusión:

1. Alejandra es muy devota de San Antonio. Tiene una imagen en su casa y cuándo le pide cosas, la pone cabeza abajo hasta que el santo se las conceda. ¿Qué piensas de esta actitud?


2. Rosa tiene un marido desocupado desde hace dos años.  Su único comentario es “ Es la voluntad de Dios” y ninguno hace nada para encontrar un trabajo. ¿Tiene razón?