Módulo 19: Unción de los Enfermos

(CEC 1499-1532)


Jesús pensó también en los enfermos. Ellos se sienten muy solos, deprimidos, sin ganas de luchar y tienen muchas tentaciones. Para ellos instituyó el sacramento de la Unción de los Enfermos, que les da el perdón de los pecados, el aumento de la gracia, alivio en el dolor, compañía en la soledad, fuerza en la tentación, y la salud del cuerpo si así conviene a la salvación del alma.
Si bien este sacramento no es necesario para la salvación, a nadie le es lícito descuidarlo: sería grave pecado rehusarlo por desprecio
Se recibe una sola vez en cada enfermedad peligrosa; cuando ha pasado el peligro y este vuelve a manifestarse, se puede volver a repetir. Es decir, el efecto del sacramento dura mientras persevera el peligro de muerte, pues el enfermo en tal estado, necesita un auxilio especial.

La familia no debe esperar el último momento, cuando el enfermo ya está moribundo, para llamar al sacerdote. Por eso ahora no se prefiere llamar a este sacramento como se lo llamaba antes, con el nombre de «Extremaunción», para que no pensemos que se trata de un sacramento reservado a los que ya no tienen más esperanza de vivir. De ninguna manera: es para los enfermos de cierta gravedad y personas de edad avanzada aún cuando no tengan una enfermedad específica.

No es un sacramento de la “última etapa”. Como todo sacramento debe recibirse en estado consciente y es responsabilidad de los familiares procurar que se  otorgue en el momento oportuno.
Se puede otorgar a un enfermo inconsciente, pero si se tiene la presunción de que el enfermo lo habría querido: a nadie se puede obligar a fecibir un sacramento. Los familiares pueden participar de la celebración de este sacramento.

La materia del sacramento es el óleo de los enfermos; el ministro el sacerdote; la forma es la sanación.

El demonio, que sabe los beneficios inmensos que aporta al enfermo este sacramento, sugiere falsas razones para que los familiares no llamen a tiempo al sacerdote.

Una de esas falsas razones es: «el enfermo se va a asustar». Es una gran mentira, invento del «padre de la mentira» (Jn 8, 44); muy por el contrario, el enfermo encuentra paz y alivio. ¡Cuántos sufren mucho en atroz agonía y sólo se pacifican cuando llega el sacerdote! ¡Señal de que lo estaban esperando! Y si llegasen a asustarse –cosa que no ocurre– es preferible ir al Cielo, un poco asustado, y no condenarse en el Infierno, por toda la eternidad, sin susto.

Este sacramento, si se pide con fe, perdona los pecados si el enfermo no ha podido confesarse, y restituye la salud corporal si así conviene al alma.

Los requisitos para recibir este sacramento son:
Estar bautizado
Estar en comunión con la Iglesia
Tener uso de razón (no pueden recibirlo quienes no distinguen entre el bien y el mal)
Ser anciano o estar gravemente enfermo.

En caso de peligro de muerte se levantan todos los impedimentos.



 Preguntas resumen:

1. ¿Qué confiere el sacramento de la Unción de los Enfermos?
Confiere gracia especial para quienes están enfermos graves o son ancianos.
2. ¿Cómo se administra este Sacramento?
Mediante la unción con el óleo de los enfermos en la frente y en las manos, acompañada de la oración litúrgica.
3. ¿Quién es el ministro de este sacramento?.
El ministro es el sacerdote.
4. ¿A los que van a dejar esta vida, ¿qué les ofrece la Iglesia además de la Unción de los enfermos?
La Iglesia les ofrece la Eucaristía como Viático.


Para trabajar en grupo:

1. Ignacio tiene a su padre gravemente enfermo. La mamá piensa que sería bueno avisar al sacerdote, pero los hijos no se lo permiten pues piensan que el papá se va a asustar. ¿Te parece que tiene razón?

2. Miguel tenía una hija gravemente enferma; mandó buscar a un sacerdote que le otorgó la Unción de los enfermos, pero la niña murió a los pocos días. Miguel se cambió de religión. ¿Qué piensas de esta actitud?